viernes, 27 de abril de 2018

El Juez de la Manada

Crónica del día.  Cuando la Justicia no es sino un cúmulo de iniquidades. La Sentencia de la "manada" dejará en la calle (si el TSJ o el  Supremo no lo evitan) dentro de poco, a los cinco violadores de la chica en los Sanfermines del 2016. Nueve años de los jueces (y el asqueroso voto particular de un Juez que pide la absolución), contra los 22 años que pedía el fiscal.  De nuevo las calles, las ciudades, son regueros de indignación. Mujeres injustamente tratadas por un código penal decimonónico que, o lo revisa ya, sin dilación este gobierno de corruptelas y chapuzas, sobre todo en cuanto a tipificar los delitos sexuales, o nos quedamos todos a ciegas, como la justicia...

Lo escribí en noviembre… “Siento asco. Un hilo amargo me atraviesa la garganta... El solo hecho de escuchar la palabra “manada” y ver las patéticas fotos de barrigas tatuadas y calzoncillos que dejan clara la marca indeleble de la vergüenza con la que marcan a sus víctimas, me incrementa el asco, mucho asco, sin remedio…” Sigo con el asco. Ahora es peor. Se ha agriado el vómito en mi garganta. En ese momento esperaba Justicia. Hoy me asusta un Juez. Me aterra que estemos en manos de "la defensa" de hombres que interpretan el dolor, la vejación, la violación en clave de" jolgorio y regocijo". Ha "visto" excitación en la víctima, "delicadeza" en los violadores... Si ese Juez sigue aplicando "justicia" ante casos como este, las mujeres estamos heridas de muerte, aunque ningún "delicado" maldito nos quite le vida.

Me pregunto si la mujer “excitada” a ojos del Juez Ricardo González, hubiera sido su hija ¿hubiera visto que el “relajamiento” para que al final de las once penetraciones no acabaran con su vida, sería de “consentimiento y de innegable expresión relajada, sin asomo de rigidez o tensión»…? 



Si a ese Juez, cuando repose su cabeza en la almohada le “asalta” un mínimo de respeto por su toga, debería abandonar la judicatura, voluntariamente. Que deje de “aplicar justicia”. Las mujeres violadas, vejadas, muertas… por cientos en este país, no se merecen tamaña “justicia”. No nos la merecemos todas las mujeres que nos sentimos agredidas por su visión particular convertida en voto maldito. Ni el desprecio mayúsculo que nos ha escupido a la cara.

Mujer y Gata Literata.