lunes, 20 de mayo de 2019

LOS IGNORANTES Y LAS IGNORANTAS.



Crónica del día:  Está en el ambiente, se palpa, se siente. Algo cambia y no sabemos los gatos si para mejor, para peor, o para quedarnos como estamos. 
¡Pufff!  Si maúllo, malo, si me escondo en la gatera y no asomo los bigotes a lo que se mueve bajo los tejados, peor, porque como dicen de que "quién calla, otorga", pues eso va a ser que debo darle a la lengua que para eso la tengo; porque no pienso otorgar si no es otra cosa que el beneplácito de mis propias dudas.

No hay sigla política o idea pre-concebida de otros que me haga perder mi LIBERTAD ni la capacidad de ser yo. SER, ni más ni menos. 

Eso de ser políticamente correctos, como lema acuñado no es, ni más ni menos, que tener  (o aparentar) educación para permitirse ser co-medidos en expresar, abiertamente, o mejor callar, lo que a veces se piensa que pudiera dañar o excluir a otros, por el simple hecho de pensar o ser diferente. 

Según Ruth Perry “Un hombre no puede ser políticamente correcto y también chauvinista”. Y para una triste gran mayoría de habitantes del planeta Tierra, ser políticamente correcto es seguir sus ideas, acatar sus dogmas, militar en sus filas, adoptar sus siglas… Y así nos va, cuando aplican el típico “o estás conmigo o contra mí”, en todos los órdenes de la aceptación o no, en su espacio que consideran más vital que el de cualquiera.

Yo suelo tener una visión clara (aunque a veces me tarda), de la forma de actuar de mucha gente, por el simple hecho de observar sus movimientos, no digamos si habla, y también de lo que calla,  porque una ya tiene un tiempo (y edad) en la que he conocido personas y personajes suficientes, y me he dado de bruces con su hipocresía y necedad (en concreto, ahora hablo de éstas).
Corrobora mi intuición lo que una persona me decía el otro día sobre una actuación cínica que me ha dado pie, para no ser yo ahora todo lo “políticamente correcta”, porque ni lo soy ni lo pretendo, y escribo así, con estas zarpas que Bastet me ha dado, y la imaginación con que una Gata que se precie es capaz de comunicase que: cuando no hay argumentos válidos, se utiliza la imposición, el "trueque" como moneda de cambio. La ignorancia nos hace cerrar los ojos a la evidencia. El desconocimiento de la realidad hace que los tuertos sean los reyes en un país de ciegos... Digo esto porque no hay peor mitin que el que se da para desmerecer al que no da mítines de ningún tipo... Y viene a colación porque estamos a pocos días de las elecciones municipales (que las otras no me inspiran para un relato), y una no puede entender como hay personas que van de bisagra  y, desde su ignorancia, marcan las pautas y las puertas...

País (o pueblo), que diría Forges... Y yo...

Gata Literata.