miércoles, 27 de junio de 2012

AMORIGATO.



Crónica del día: Amor bajo los tejados y sobre la crisis.

En este junio pegajoso de horchata granizada y abanico, de playa y noches mirando a las estrellas, los gatos necesitamos un momento para la calma; maullar de amor y pasear bajo los tejados.

Dicen quién lo dice que a los gatos lo dulce nos sabe a agrio. Pero se equivocan. La miel dulce de un beso solo sabe a miel.

Gata Literata.


viernes, 22 de junio de 2012

VIERNES DE DOLORES.



Crónica del día: Puntos G. Primas de Riesgo. Recortes. Rescates y otras puñetas.

Que nadie crea que se me ha ido la pinza -del todo- O sea, que sé que no estamos en cuaresma sino en cuarentena; que la prima- vera acabó ayer y que la prima de riesgo nos tiene con los higadillos –para hablar fino- por corbata…

Los viernes, los Ministros de esta España cañí de sustos y recortes, se reúnen en consejo de idem para que, sin dejarse aconsejar, hacer aconsejable tocarnos los eggs que, normalmente se escriben con h, y generalmente, con g…

Me viene a la mente que, aún hoy, demasiadas mujeres no lo saben y muchos hombres no lo encuentran. Me refiero al punto G. Y, sin embargo, unos y otras, estamos del Punto G -que ya va por el 20- hasta el corsé….Sin ir más lejos, se reunió hace dos días la cumbre del G20, en Los Cabos, al noroeste de México, y, no sé por qué será, pero lo mexicano se impone con más fuerza desde que entre los gatos de esta Ciudad, hay uno que vale por tres…o más…

Los del G20 concluyeron con algo así como que; se camina con pasos firmes hacia la recuperación económica planteando una agenda de futuro…Y, maullando sin hacer ruido, por eso de no espantar a los deseos, me pregunto no obstante, si al futuro no se le erizará el tiempo al vernos llegar a zarpas de gigante con ansias, y se convertirá, por mor de que los que nos han metido en esto -que no nos sacan porque aún no quieren- en un nuevo presente lleno de puntos G sin resolver, y seguiremos pasando de los viernes que antes sabían a fin de semana de descanso y frenesí; a los viernes de dolores cospedal, y un lengua de trapo como jefe del nuevo despropósito gubernamental...

Me dice el gato Jorgete que no debo maullar tacos. Y yo, que he hecho promesa de apaciguar la lengua de gata y afilarme la buena educación, me retuerzo y esfuerzo para no decir lo que pienso sin sumar -a un futuro lleno de presentes-un punto más para la excomunión. Bueno, rectifico; a los gatos no nos excomulgan, porque tampoco nos dejan entrar en el mundo eclesial -que ni falta nos hace- pero sí pudiera llegar a ocurrir que, en las reuniones ministeriales de los viernes, nos siguieran dejando los del ¿gobierno?...sin posibles suficientes para echarnos al coleto una buena ración de bacalao, con sus cocochas; que, a buen seguro, se indigestan menos que el rescate nacional.

Hoy, otro viernes de dolores; y ya sabe que reunión de Ministros, ovejas sin ordeño…No sé a quién deberemos los españoles de a pie encomendarnos para que no nos joroben más los puntos G; pero seguro que nos salen con otra jodienda, (perdón por el taco, gato) algún aumento nuevo, o un recorte diferente, que nos va a poner la cartera de nuevo mirando a la Ceca. También, hoy, el alto responsable del poder judicial, -por viajar de gorra y por la toga- presentó su dimisión y dejará de pasearse, seguido de guarda-retaguardias, por ciudades de lujo con gastos sin justificar...Y es que no van quedando honrados ni en la corte suprema...

¡País¡ que diría Forges…

Si mi abuela levantara la cabeza, -con la de hambre y privaciones que vieron sus ojos, y sintieron sus carnes- se volvería a ir a la tumba. Porque allí no se paga IVA para poder descansar en paz.

Pero, al tiempo…



sábado, 9 de junio de 2012

LUISA.


Crónica del día: Luisa ahora es libre como los pájaros.


El viaje a Extremadura, maullado días atrás tenía, además de resultar un paseo por las nubes y un recorrido por tierra de gatos, una misión especial y nada normal para un puente propiciado por Santa Rita; patrona de funcionarios de salarios congelados y nóminas con ceros a la izquierda.

Conduje la primera parte del viaje, porque a esta gata las pupilas en la noche se le dilatan menos que la paga del mes. Luego, se turnaría el gato Jorgete y, llegando a Plasencia la gata Tere que, según ella, ya se conocía la ruta hasta su pueblo como la palma de su mano. ¡¡ja, ja y jajá¡¡
Detrás del sillón del conductor, ella se apoyaba silenciosa; con la tranquilidad que le propiciaba ahora una vida vacía de sobresaltos y la serenidad que procede de tenerlo ya todo pagado.
Por esas cosas del destino, el karma o la casualité, eramos mi gato preferido y yo quienes, junto a Tere, formaríamos la comitiva de los cuatro viajeros; además del muñeco de ángel que vela por los frenazos y me mira de vez en cuando con resignación callada. Tres de nosotros, como conductores duchos,  ante el advenimiento de la noche larga, dirigíamos a la autovía miradas fijas y carcajadas estentóreas de ánimo para el desánimo de no vislumbrar la llegada, y por el entumecimiento del pié del acelerador. Ella, Luisa, muerta de risa, (me ha salido un pareado, por lo que se nota mi vena poética) sin una mala mueca ni un quejío de desánimo por las vueltas y las revueltas en que la tuvimos; y sin que dejara oirse ni un lamento ni un siquiera llevarme al baño, que me meo...Luisa fue parte principal para ese viaje. Nunca pensé yo que iría con ella a su tierra en esos momentos tan especiales. Pero nos eligió a mi y al gato Jorgete ( y eso nunca se lo voy a demandar).
Días atrás  dejamos bien dibujada de zarpas parte de la ruta que los gatos iniciamos hacia el oeste. La diligencia, digo: el coche, iba cargado como si hubiéramos iniciado la ruta Quetzal y, como Fuenteovejuna, era uno para todas, todas para uno...Jorgete no conocía a Luisa, pero Luisa quiso que él también nos acompañara en este viaje y se esperó, silenciosa y quieta, a que él maullara cerca para que pudiera hacerlo; porque un gato mexicano no es un gato cualquiera. Al menos sabe maullar hasta en inglés y crear poemas. Algo de lo que Luisa quería presumir en su tierra como extremeña, que debe y puede.
La única que no quiso venir con nosotros fue la sandía. Tere quería llevar de todo un poco a Villa por Fin. Pero la prima hermana del melón, dijo que nones. Supongo que se barruntó lo de la maratón de kilómetros y algún metro más que le esperaba, y se hizo la remolona hasta que, antes de subir al coche se escapó de las zarpas del gato y rodó, rodó, rodó...hasta abrirse las carnes, como contorsionista, desgajándose entera en la barandilla de La Encarnación. Se le vieron hasta las pepitas negras...¡¡que barbarité¡¡. Y ahí  se quedó: desparramada y sin vergüenza.
Como ya narrado queda lo de llegar a casa de Ángel y Pepi, debo llegar al leit motiv del viaje  y decir lo que no me callo.
Tere durmió con Luisa, su madre. Después del desayuno, los gatos iniciamos con ella el viaje a la Sierra de Dios Padre. Seguía callada, aunque su silencio hablaba por sí mismo, y nos sumió a todos, incluidos el gato y a mí, en su propio silencio al ser los fotógrafos en su momento especial. Un momento cargado de años y arrugas. De logros y fracasos. De tesón y lucha. De desamor lleno de amor y, sobre todo, de un corazón de grana y oro. Tere se abrazaba a ella que, más frágil que nunca, se había vestido para la ocasión de gris. Como el día que amaneció para engalanarse con su traje, y ser viento y lluvia que arrastra el polvo y se lleva las cenizas.
Luisa quería subir hasta allí para quedarse.
Llegó el viento y se la llevó a ella. Sus cenizas, las de su último viaje quedaron allí, en un rincón tatuado de verde y roca, que olía a tierra húmeda de llanto y brisa; de gotas de agua que bendijeron su llegada y la acogieron entre sonrisas frescas.
Miré al cielo encapotado y se lo pregunté. ¿Tenía que ser yo quién viniera contigo,  acompañándo a Tere, verdad? Y sonrió la nube de algodón blanco.
Así fue como la acompañé en su último vuelo bajo, y fui testigo de su ascensión como amor hecho de viento. Sintiéndome dichosa de saberme elegida por ella.
¿Que quién es Luisa?
Un ser de los que nunca mueren para seguir viviendo en quién la vida eligió para vivirla junto a ella. Junto a su esencia hecha de memoria eterna.
Otro ángel más. Así en la Tierra como en el Cielo.