lunes, 31 de diciembre de 2012

GATA A-DIVINA.


Crónica del día. Los gatos de esta Ciudad Gática no podemos dejar de desear a todo habitante del mundo mundial, y paseantes bajo los tejados, que el fin del 2012 (y ya que no nos ha llegado el fin del idem) tenga una entrada al 2013, de lo más rumbosa. Con sardinas de buena calidad para poder compartir, y un cálido hogar donde calentar el más especial de los deseos: Maullar a la vida y, sobre todo, el don de la alegría para jugar a vivir, y vivir para seguir jugando.

Por eso, no dejeis de pasar un rato con la gata más a-divina de cuantas os podais encontrar en el Gran Circo de la Vida.

Ronroneos de felicidad para todo el mundo gático.
 

 

lunes, 24 de diciembre de 2012

UNA BUENA NOCHE.


Crónica del día. La Lengua de Gata  no sería lengua, si no pudiera lamer buenos deseos para vosotros. Mi gente. Toda la gente que escucha maullar a los gatos de la Ciudad...Y camina silenciosa bajo los tejados.

En muchas partes del mundo, hoy es Noche Buena. En todo el planeta, yo quiero que reine una Buena Noche. Y mañana, y después... Siempre.

El Espíritu de la Navidad se ha colado por la chimenea. No quiero que se queme (los leños arden), sólo  que se cueza un poquito, a fuego lento, como quiero que se doren los sueños.

Recibir los maullidos más tiernos para todos vosotros que caminais cerca del corazón. Y una lamidita de gata para cualquier herida abierta, porque aquí, en la gatera, nos quedan muchas zarpitas que dar y ronroneos que dedicaros.

Feliz Buena Noche, corazones gáticos.


 

jueves, 20 de diciembre de 2012

NI LA MULA NI EL BUEY.


Crónica del día: Ni buey ni mula en el portal; han sido desahuciados del pesebre. 
El Papa ha hecho los deberes y dice que no resoplaron al Niño, y que los Reyes Magos eran andaluces. Por lo que es de suponer que sabrían bailar flamenco.

La mentira está ahí afuera. Solo hay que buscar la verdad dentro...Si existe.



Se nota que a los belenes les está pasando factura la crisis, parece que en este caso de la fe. Si es que ya lo vengo avisando según la crónica de la calle; nada es lo que era, ni lo que parece. Toda la vida el buey y la mula protagonistas de ese mundo de creyentes que han celebrado que el Niño Jesús naciera en un pesebre de aquel portal de Belén, y ahora resulta que nunca emitieron calorcito entre paja. Ni tampoco es verdad que los Reyes Magos fueran de Oriente. ¡Qué va¡ Desconociamos que tenían la gracia y el desparpajo en vena; que seguro cantaban bulerías, y le daban al taconeo brindando con rebujito en la feria de abril sevillana. (De la antigua Tirso o Tartesso llegaron, y de por ahí, por Huelva, Cádiz o Sevilla, se dice que eran los orientales reyes de camello, oro, incienso y mirra, ahora devenidos en occidentales y de España, para más solera.
Al parecer, los salmos siempre se han leído a oscuras y han sido malinterpretadas sus lecciones. Pero Ratzinger, (del que se dice que es el último Papa) puede que quiera pasar a la posteridad dejando limpia (cosa improbable) su hoja de servicios y está dando su opinión urbi et orbi para alivio de su pesada carga papal.
Poco a poco, los “santos” padres van tomando conciencia de las barbaridades históricas cometidas por sus empresas. No han hecho las iglesias ningún ERE. (que se sepa), pero en definitiva están haciendo recortes en cuanto a creencias erróneas, y eso, en estos momentos casi es de agradecer, porque la crisis que se comparte, pareciera que es menos crisis… (Esperemos que no se perciba como “mal de muchos, consuelo de tontos”.
Me pregunto también, que será de esa profecía anunciada por los más agoreros para el fin del mundo el día 21 de diciembre, aquella que los Mayas vaticinaron para que tengamos un bulle bulle recorriéndonos las carnes en las puertas del sorteo de Navidad. -Estaría bueno que este año fuera a tocarme el Gordo (de la Lotería) y por eso de que un día antes todo se esfuma, se me quedara el número achicharrado en el bombo-
En fin, el caso es que yo, esto último no me lo creo. Que acabe el mundo pronosticado con tanta antelación me da a mí que va a ser como el cuento del lobo, (esperemos) y ojalá nos llegue cuando hayamos vivido lo suficiente como para no importarnos que nos pase como a los dinosaurios.
No obstante, como gata sensible (que no sensiblera) espero que estos días, sobre todo, en la calle el orgullo se lo trague el pavo, los portales se iluminen con hilos destellantes y desternillantes, y siga el Arte alimentándonos con arte; y la palabra nos lleve a degustar el corazón (muy hecho) de las gentes.
No hay remedio: Es Navidad...Y a mal tiempo, sopla-suegras.

 

sábado, 8 de diciembre de 2012

FIESTAS DE GUARDAR.


Crónica del día: Si me gustan los días festivos es porque se puede elegir ponerse bien, o estarse quieta. Los días 6 y 8 de diciembre,  entre col y col, sardinas frescas.



Los gatos preparamos sardinas a la brasa. El fuego arde en la chimenea desde el jueves, porque el ama no trabaja y nosotras, incluido el gato Jorgete, nos relamemos calentándonos tumbados a la bartola. Dicen que es fiesta grande por las calles, que una tal Constitución -y a saber quién es esa, y que peleje tiene, en realidad- se ha hecho fuerte pertrechada de buenos deseos, como si fuera una dama de buena familia que da donativos, aunque luego se gaste en misas la mala conciencia... Pero el caso es que los que deciden lo que deciden, le dedican un día al año a celebrar que...
 
¿Qué?...

La duda en realidad es lo que maullamos por aquí, -porque no sabemos bien, si esa señora hace lo que debe, o lo que le dejan- Claro, que intenciones aparte, el caso es que, si nos asomamos a la puerta para ver lo que pasa bajo los tejados, se nos hiela el hocico de ver los ánimos fríos como la escarcha. Ya ni ponemos la tele para ver las noticias del día, porque, en realidad, nos ponen la carne de gallina, -y los gatos no somos muy de plumas, si no es la de algún pájaro que se despiste- así que nos hemos pertrechado de puertas para adentro dándole a la alacena buena cuenta; porque más vale que comamos mucho ahora, por si algún día tenemos que ayunar...sin ganas y, entre sardina y jamón bodeguero, nos vemos la serie de zombies The Walking Dead-que no dan miedo, ni asco, ni ná, pero entretienen más que la calle, que a veces es vomitiva.

Hoy día 8 dicen que también es fiesta. En honor a una tal Inmaculada y Purísima Concepción. ¡anda que el nombrecico que le pusieron¡ Y a saber si la buena señora fue lo uno y lo otro -permítase a los gatos la irreverencia- porque no comulgamos con ruedas de molino. Pero el caso es que, en su nombre, la calle es un jolgorio de cohetes tempranos que asustan al sueño, y los sueños; y aún huele el aire a cenizas quemadas, de muebles viejos y plásticos contaminantes que anoche dieron buena cuenta las llamas de fuego ardiente. ¡Los humanos a veces se comportan como si les faltara un tornillo de doce puntas¡ Dicen que son luminarias que llegan al cielo donde vive Inma, pero muchas veces llevan olor a chusmarros que se asan en las ascuas para el buen yantar, aprovechando que en las brasas saben a gloria, y, en definitiva, de lo que se trata es de pasar buenos ratos, aunque sean santificados.

Los gatos pensamos que sí, que eso de las luminarias está bien porque falta hace estar iluminados, para ver si se vislumbra alguna luz que no sea cara de (a) pagar, -porque cuesta demasiado el recibo de la luz, como para estar todo el tiempo iluminados.

Pero el caso es que, gracias a esas señoras, España está de fiesta, pese a lo que pesa. Y, en definitiva, es de agradecer.

Otra cosa será el lunes, cuando recordemos que no habría que olvidar que algún milagro tendría que suceder para que parte del mundo deje de ser una porquería...Donde hay que robar hasta un banco de alimentos, para alimentarse... O lucrarse.

Bueno, no queremos los gatos acabar con maullidos que parezcan ladridos, por eso, le daremos gracias a las señoras Constitución e Inmaculada Purísima Concepción, por habernos dejado pasar otros dos días del año, como si nada pasara...

Salud.

Gata Literata.
 

 

martes, 20 de noviembre de 2012

BURKA.



Crónica del día. En la ciudad de los gatos, cualquier cosa se puede sentir, oír o hablar. Incluso ver...Es la magia.

Ella se dispone para dormir junto a su hombre de piel canela.
 
El velo le cubre el rostro oscuro.
 
Su cuerpo tirita bajo las sábanas blancas.
 
Por fin, puede desnudarse el cuerpo.  Dejar sobre la cama el traje azul.
 
Él le hace el amor como aquellos años de enamorados.
 
Cuando no se escondían los pensamientos.
 
Se sorprende.
 
Ahora puede sentirse de nuevo, mujer sin miedo.
 
O eso cree.

 
 
 
 Un Burka por amor. Me ha gustado volver a verla. En el cine de barrio que tengo en casa. Aunque no me gusta nada, pero nada, un burka ni por todos los amores. Pero me ha inspirado...Como casi todo lo que se mueve bajo los tejados.
 
Gata Literata.
 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

EFECTO DEL AFECTO.


Crónica del día. Agradecer el afecto es consecuencia del efecto que en el corazón hacen los afectos.

Maúllo de contento al oler la tierra húmeda. Se vuelven hacia mí los habitantes de la noche, solitarios, sin techo y amor caliente; sin un pescaíto que llevarse al hambre, sin más agua para beber que la de los charcos brillantes por el reflejo de las farolas encendidas.

Tengo suerte, me digo al entrar a casa y mirar la calle tras la ventana por donde veo caer la lluvia que salpica el cristal en la noche oscura. Yo no tengo frío, ni hambre, ni sed, ni necesidad de afecto. A mí, los besos me abrigan el alma y el cuerpo de piel sedosa se alimenta de croquetas aderezadas con el sabor del corazón dulce de mi dueña y mi amo afable.

Mi suerte de gata que aprende a hablar maullidos nuevos, levanta los ojos color de cielo y mira a la sonrisa dulce de mis amores.

Ronroneo tanto de felicidad que creo que voy a quedarme ronca y sin maullidos por una temporada...

Clara, la gata.


 

jueves, 1 de noviembre de 2012

DIFUNTOS Y ÁNIMAS ANIMADAS.

 
Crónica del Día. Hay lugares donde los muertos son ánimas y otros muertos animados.
1 y 2 de noviembre: Visita a los cementerios, para seguir el resto de la vida echando de menos a los que se fueron con la muerte.
Pero en la Ciudad Gática, todo es posible. Desde el humor negro hasta derretirse los huesos por México.
 

En España lloramos a nuestros muertos. Los gatos ronroneamos y lamemos las heridas con sal en las tristezas.

En México a la Catrina regalan dulces, flores y todo tipo de presentes según fuera el gusto del finado consumidor, y hasta les bailan rancheras en las sepulturas. Podría entenderse como el arte de morir.

Diferencia cultural y mental.

Lo que para unos es lamento y rabia, para otros es la seguridad de darle al sufrimiento con los huesos en las narices.

Deberíamos educarnos para el bien morir. Tener la noción clara desde que se nace que la carcasa revestida de carne débil es fugaz y perecedera y que, muriendo, daremos con los huesos artríticos en el limbo de los dioses. Claro, que una cosa es la cultura de la aceptación de la muerte, y otra la incomodidad del encierro de por vida perecida en un apartamento de dos por un metro que, a según como está el €, no vale ni lo que costó el entierro.

Dicen las religiones varias que unas veces se gana y otras se pierde en esto del óbito. Si acaso luego lo de la reencarnación funciona, esta gata quiere perderse en el paraíso de los gatos, y comer atún con gambas, dándole al vino de buen año. Pero si lo que prima es eso de la resurrección, menuda faena; porque no sé, ni nadie me lo explica, en qué consiste eso de resucitar. ¿Qué volvemos al mismo sitio con los mismos pelos? ¿Nos quedamos tersos una vez resucitados o uvas pasas según la añada del finado? ¿Se abrirán las puertas del paraíso o seguirá Hacienda con sus requisitorias?

No sé. Los gatos somos suspicaces en eso del vivir, aunque a nosotros vidas no nos faltan; tenemos de 7 a 9 según creen los humanos, pero sobre todo porque hay mucho vivo por ahí que hace de la vida un saco de muertos y por eso ponemos en duda cualquier cosa que no veamos con nuestros ojos. Pero que a nadie se le escape que tenemos, como dijo un día un escritor famoso, el don de ver lo que otros ni se imaginan.

Sir ir más lejos, ayer vi cerca de mi ama un ángel blanco, que ella reconocería entre mil con su moño bajo y sus ropas negras. Sonreía. Me guiñó un ojo y atravesó la puerta.

Gata Literata. In Memoriam de la abuela de mi alma.

 
 

martes, 30 de octubre de 2012

AMOR ANIMAL.

 
 
Crónica del día: Amarás al mono como a tu hermano, al perro como a tu amigo y al gato como a ti mismo...
 
Dicen que desciendo, descendemos, del mono. No lo sé, porque mi madre a mí nunca me lo ha dicho claramente, y a mi padre las orejas no le asomaron gran cosa. Por lo que respecta a los perros, tiempo atrás tuve dos: Un perro que debió volverse loco y hubo que darle suelta para que dejara de comerse zapatos y ropa tendida, y Lea, aquella perra que odiaba a los críos y les mordía los calcetines, pero era el ojito izquierdo de mi abuela, -el derecho lo era yo- y la tuvimos hasta que crió malvas después de volverse arisca por raza (Pekinesa y no se qué otra mezcla) y la edad, pero que era una dulzura para mí que la quise tanto como mi mamabuela y ¡ay¡ de quién osara acercarse con ideas de humano tocapelotas... A dentelladas le marcaba las manos largas. Pero no hay duda de que el perro puede llegar a ser el mejor amigo que podamos tener, así en la tierra como en el cielo.
 
Y,como soy gata, el amor que me tengo está donde mandan los cánones gáticos y nada más que añadir.
 
Me encontré en el blog de "almóndigas y cocletas" de la querida Marmopi unas fotos que me han llegado al corazón de gata y se las "robé";  aunque pidiéndole permiso para tal des-atino, (que por cierto aún no me lo ha dado, pero seguro que estará encantada) Y, como una imágen vale más que mil palabras, mejor me callo y que hablen ellas.
 
 
 
 

 

jueves, 25 de octubre de 2012

Qué será de España, qué será...

 
 
Que nací en España no es sino la consecuencia de no darle tiempo a mi madre a parirme en Tolouse (Francia). Por esas cosas del destino y buena familia, vi la luz primera en tierra de navajas y queso con denominación de origen, de lo que me congratulo, pese a lo que pueda pesar estar en un sitio y no en otro. Aunque siempre se dice aquello de que uno no es de donde nace sino de donde pace...

La Mancha, lejos de ser mera tierra de Quijotes, Sanchos y Dulcineas, siembra a la gramática para recolectar modismos y nos embebe en el interés por la cultura, las tradiciones, los cultos... entre otras hierbas que no son matojos y que, como en toda nuestra piel de toro, se curten historias para aderezar vidas y costumbres sazonadas de todo tipo de sabores y sinsabores.

El caso es, que de un tiempo a esta parte, a mí me gustaría vivir aunque fuera entre pingüinos. Claro, que números a la lotería juego para que me toque no acabar mis días donde comencé; sino, como interesa a todo cuerpo, acomodarse dónde y cómo mejor convenga y entretenga. Antes o después seguro que me iré a América; porque hacerlas ya no sé si llegaré con re-años suficientes para seguir bregando...Más bien, me retiraré a descansar a la bartola por esas playas paradisiacas o, mejor aún, buscaré por si queda sin mancillar alguna reserva india porque, en definitiva, siempre me cautivaron sus tribus. De ahí por qué yo haga bastante el indio...

Claro, que mientras eso se hace posible, y dado a que aún tengo mucho por hacer en esta España nuestra camisa blanca de la des-esperanza, me entretengo ente palabras para poner letras a los pensamientos. Es una debilidad, pero que lejos de hacerme débil, me produce cada vez más habilidad para maúllar lo que sucede bajo los tejados.

Que no es oro todo lo que reluce, basta con ver cómo la plata está de moda. Y que España no va bien, es tan evidente como se ve en las caras de los derrotados y en las intenciones de los vencedores, pero siempre llena, ora de puños y rosas, ora de gaviotas de mar azulado, ora hoces y martillos desterrados, ora etas camufladas...Ora reyes del mambo...Total, todo un abanico de posibilidades tantas veces imposibles de soportar...

Siempre fuimos España y Olé de palmas y taconeo. Han habido momentos en que ha dado gusto y orgullo, hasta gay, y para muchos la posibilidad de sentirse Tierra y Agua de Norte a Sur pasando por el Este y el no tan lejano Oeste. Pero, será por eso de que los tiempos atrasan que es una barbaridad, que nos vamos sumiendo en la arena movediza de los nacionalismos, capitalismos, borreguismos, y consumismos...Y paro para no seguir con los maullidos.

Los telediarios ahora sólo reflejan la parte que reflejada quieren dejar. Yo no tengo más partido que el corazón partío ante las tonterías, las injusticias, los desajustes y lo gordos que me caen todos los políticos sin excepción que nos des-gobiernan re-partiendo a España como tarta partida.
Es evidente que el país ya no es lo que era. No sé si volverá a ser como antes, -porque hay un antes que ni falta que hace que siga siendo...

Pero de esas aguas, estos lodos...

Y España dentro de poco será otra cosa, pero España, es muy probable que no...

Se está creando un mapa nuevo, un clima diferente, un pensamiento olvidado y una razón de ser, descerebrada...

¿O no?...



miércoles, 10 de octubre de 2012

SI TE ENCUENTRAS CONMIGO.


Crónica del día: A veces no hay horas suficientes en el día para tanto afán.


En ocasiones pienso que la mejor forma para ir despacio sería si nos quitáramos los zapatos, porque al menos miraríamos por donde vamos, más que nada para no pisar excrementos de perro en las baldosas ni chicles ennegridos en las aceras. Pero también como una forma de caminar con la calma que requiere la desnudez de un día tranquilo, donde veinticuatro horas fueran las que tiene asignadas el reloj y no las que nos faltan en el día para llegar a tiempo.
 
Demasiado corremos a veces para no ir a ningún sitio. La prisa se ha instalado sin calma en los hogares y en las ansias. El stress, enfermedad de moda que la sufren más de cuatro, quita el aliento y el sabor picante de la vida, engullendo lo que encuentra a su paso como un tornado.
 
Otras veces, -y me miro a mí misma sorprendida de no reconocerme en la prisa- me olvido de las cosas más triviales, simplemente, porque no me tomo tiempo para recordar. O, quiero hacer tantas cosas a la vez, que acaba el día y yo agotada en él, sin desfacer el entuerto que queda pendiente para el día siguiente, y eso, si llego a acordarme de retomarlo; o si no me acucian agobios nuevos...Total, que como decía aquél: entre ponte bien y estate quieta, no consigo, la mayoría de las veces, llegar ... Como tú, no digas que no...
 
Hoy, he recordado aquellas tardes de relatos en la "otra cara de la radio". Una radio amiga que cerró por la crisis; no de identidad, sino porque ya apuntaba maneras el descalabro económico, ¿Y quién era el guapo con empresa al borde de una bajada de cierre, que invertía en anuncios radiofónicos en una emisora nueva como aquella 24FM de mi amigo Pepito? Así fue como mi programa de mesa camilla y tardes narradas, que se acercaba a quienes se dejaban acariciar desde la magia de las ondas, pasó a descansarme la voz aunque la boca no quedara quieta. Y es ahora, que la prisa es todo, y para nada la mayoría de las veces, cuando sale a mi encuentro aquel "Si te encuentras conmigo", donde el tiempo tiene que ver con la sensación de lo deprisa que nos lleva; sobre todo cuando no nos paramos a saborear lo que de bueno tiene el día a día,  ni  ver  siquiera a quienes tenemos cerca, o pasea a nuestro lado, cuando corremos  contra el reloj.
 
Aquella voz, la dejo aquí, en la Radio de nuevo, donde la Lengua no quiere quedarse quieta, ni falta que le hace.
 
Gata Literata.



jueves, 27 de septiembre de 2012

NADA SERÁ IGUAL.




Crónica del día: Alguien que lo llena todo no deja vacío nada.

Pero no sé si la crónica del día será en realidad lo que hace días pensaba, ahora que el vacío se ha adueñado del espacio hasta hace poco lleno por entero de don y palabra.
La historia de los pueblos la escriben sus gentes sin papel ni pluma; la verdadera, porque la historia, tantas veces inventada y dada para el estudio fuera de la Universidad de la Vida, sólo cuenta si el narrador ha tenido el encargo de redactarla desde el bando de los vencedores. Nada nuevo bajo el sol.

Pero lo que sí han sido reales, han sido doce años de vida entre la vida de las gentes y en los pasillos de las circunstancias, de Antonio Carrascosa Mendieta en este pueblo de la Mancha de cuyo nombre, yo si puedo acordarme, donde un cura ha escrito  páginas nuevas –y aclaro que no soy de curas ni de misas, tampoco de creencias de manuscritos a los que, la verdad, pongo en perpetua cuarentena, por eso de que nunca se sabe a ciencia cierta donde está la realidad o la ficción- Pero la Verdad ha caminado por las calles y las ciudades; ha dado su palabra clara a las gentes, ha llenado corazones y almas vacías entre escaparates llenos, ha puesto su servicio a los pies de andar sin tregua alentando al desaliento, ha sido un revulsivo contra la tristeza poniendo empeño en crear sonrisas...Ha sido.

Nunca sabremos los ciudadanos de a pié, qué mueve a los que más mandan a quitarle a un pueblo lo que funciona bien. Quizá es que aquellos que valen y llenan a los corazones, ocupados o vacíos, no puede quedarse es un sólo sitio, simplemente porque un sólo pueblo no puede disponer por siempre de lo que es diferente y ha dado muestras aquí, allá o acullá, de lo que es saber manejar los resortes de la condición humana y tenderse en manos llenas, -aunque a veces las manos tendidas necesiten otras donde agarrarse para no soltar de una vez los asideros, tantas veces inconvenientes- Pero razonamientos personales aparte, lo que si ha dejado Carras en Tobarra, en sus calles, gentes y en los recovecos indescifrables de la religión con sus ritos y fantasías,  ha sido el incuestionable peso de su humanidad. Su amor por el amor a las cosas; más importantes o menos necesarias, pero llenas de luz y fuerza, que no pueden sino provenir de un alma llena para entregarla en cada acto y generosidad, demandada o voluntaria.
Creo que sí, que pese a habernos llenado de su fuerza durante miles de días y noches, el vacío se siente irremediablemente; en el silencio  que se ha perdido en el laberinto de la palabra callada, en sus misas rápidas, para no dar tiempo a la gente a remolinear en los bancos de postura obligada, en su callejear con la rapidez de una ardilla atravesando con energía la cotidianidad, en su sonrisa franca y voz sin imposturas, en sus juegos de niño grande entre los niños,  en el encuentro en las desavenencias, en… Qué más da poner más logros o menos pendientes, lo que importa es que nos hemos quedado vacíos, y me doy cuenta ahora que se cumplió el miedo. Ahora que es real el adiós de una persona que ha sido para todos y de nadie; ahora que sabemos al pasar bajo su ventana viendo brillar una luz diferente y que la puerta aún sigue abierta,  que no se cuestiona si el hombre-cura que ha llegado al pueblo es igual, mejor o mejorable; simplemente no es Antonio Carrascosa.
Para mí, para tantas personas, Carras ha sido amigo en las confidencias, compañero de viaje, cine de salón y libro abierto.  Ser afable y generoso. Torbellino en las cosas claras. Un recuerdo especial en las tertulias de café y días de prisa en el País de la Luz, entre bocadillos rápidos y vino en bota para calentar ánimos en los puentes del Río Sena, viendo a Notre-Dame erguirse como dama de trajes regios, y  dar un paseo nocturno en Batomuche, viviendo sensaciones nuevas ante Giselle, en la Ópera de París,  en la magia de Disneyland o ante la belleza de Roma eterna. Comer callejeando el frío y cenar caliente en los albergues de guitarra y zapateos. Dormir la noche rápida, amaneciendo pronto para  enfundarnos hasta las cejas los inviernos en la piel,  para recorrer la fantasía de Brujas, la enigmática Venecia o la Medieval Carcassone, y adentrarnos, una y mil veces, en el arte escondido en los Museos de media Europa.
Porque sí, sin sus prisas por enseñarnos mundo y cultura, sin su empeño por acercarnos a la vida oculta en la belleza de las piedras, en el silencio de las aguas  y en el ruido de callejuelas; sin la sonrisa fantasmal de vírgenes inventadas, o el sonido amordazado en el misterio de las catedrales, nada hubiera sido igual. Como nada será igual sin él.
Porque hay personas que lo llenan todo y, sí, quizá no supe dejarle una buena dedicatoria en el libro de despedidas el domingo. Porque cuando escribí eso de “alguien que lo llena todo no deja vacío nada” quizá fue por la emoción de verle a rebosar entre  gente sin fe, o con ella a cuestas;  entre los buenos, los mejores y los impresentables, entre los deseos sinceros y la falsedad babeando comisuras, entre chismosas de barrio y malintencionados creyentes que son capaces de re-crear mitos de brujas y leyendas de sapos mientras escupen sus confesiones para masticar a Dios entre lenguas malolientes.
Pero sobresalía el  cariño  de hombres y mujeres de  miradas húmedas; abanicándose el calor de otoño y el corazón sincero, con enormes ganas de gritarle al viento que no queremos que él se vaya lejos, aunque se quede cerca.
Antonio Carrascosa, se ha ido, porque se lo han llevado, los que mandan,  a otro pueblo. Otras almas necesitan beber y saciarse. Otras gentes tendrán el privilegio del amigo cercano y el hombre sencillo cuya humildad no le permite demostrar sus cualidades, aunque difícil tiene esconderlas, porque se le escapan de sí como se le escapa la sonrisa clara y la luz de sus ojos  penetrantes. Porque lo que es verdad, no miente y lo que es, es, por mucho que nos empeñemos en esconderlo.
Hay muchos pueblos ya con demasiados corazones bombeando sueños que lo han perdido, y otros, que se lo encontrarán por derecho. En todos ellos, una realidad, un hombre de bien les dará la mano y caminarán...
Por la parte que a mí toca he tenido la suerte de compartir con él una parte del camino. En ese camino sembré…Seguro que algo bueno germina.
Carras siempre será, estará y contará entre nosotros...No hay quién pueda cambiar eso.


viernes, 31 de agosto de 2012

DULCE NOSTALGIA


Crónica del día. No hacen falta regalos nuevos cuando todos los viejos siguen tan nuevos como si nunca hubieran envejecido.

Que no está el horno para bollos, ya lo sabe la harina. Que se ve, se oye y se siente el desánimo arrastrándose por el asfalto llevo de socavones, es tan viejo como el sereno que antaño acudía a abrir las puertas de la decencia en horas intempestivas para la buena urbanidad.
Mucho ha llovido desde la época del recato tras las cortinas. Veo en la sobremesa de sofá y siesta entre bostezos “Amar en tiempos revueltos” y me sacude la nostalgia de la rebeca sobre los hombros y el lazo anudando la cola de caballo; los calcetines tobilleros y la falda a media pierna. También el cine de beso oculto y la mano renqueando para llegar a la entrepierna, mientras los cinéfilos colindantes pegaban chicles bajo los asientos del gallinero, y miraban de soslayo para avergonzarse de lo que aún no se había consumado.
Por momentos, siento nostalgia del silencio y la mojigatería. Siempre digo aquello de que, volver hacia atrás ni para coger impulso, y no puedo dejar de sentir repulsa hacia lo que parecen halos refulgentes como aureola inventada sobre sacrosantas cabezas, cuando miro en derredor y me esfuerzo por no darle con el rodillo de hacer tortitas a más de cuatro que me cruzo por la calle, cuando les brilla el oropel del fraude en sus figuras gastadas.
Pero echo de menos a la chiquilla de rizos peinados y charol en los zapatos que, feliz, saltaba a la comba en las calles; aunque la noche desdibujara los rostros cuando las cocinas se alimentaban de leña entre las trébedes y el barro cocía el hambre sazonada de tristeza, pero alimentaba el  respeto al vecino de puertas abiertas y alacenas sin cerrojo.
Añoro la quietud de las calles de mi adolescencia junto al beso de la tranquilidad merodeando las esquinas. Echo de menos el abrazo maternal de mi abuela que me enseñaba entre caricias a disfrutar de lo nuestro, sin  tener que quitárselo a los demás. Al esfuerzo de mi madre por guardar en montoncitos los duros para mis juguetes, y la lana tejida para el invierno, para que yo paseara como reina entre la nieve y el frío me coloreara la piel mientras jugaba a ser tendera.
Ahora, ni rezándole al patrón de las causas perdidas, rememorando  aquellas misas obligadas  de peinados ocultos tras velos de colores que prendían alfileres de cabezas perladas, se podría conseguir que volviera la calma a las vidas disfrutadas de calle y encuentro.
Yo no recuerdo el miedo antiguo, porque no sufrí aquellos estragos de post-guerra que tiñeron de negro los presagios, cuando todo obligaba a callar y los supervivientes doblegaban la cabeza, pero los niños éramos libres entre los juegos y la inocencia; sin más miedo que el de rompernos la piel de las rodillas por los porrazos al correr tras  juguetes rudimentarios o imaginados.
Miro atrás y me quedo con aquel negrito del África tropical, endulzando la vuelta de la escuela. Los seriales radiofónicos en los que me aplastaba la nariz sobre la radio, intentando ver dentro a los que tanto hablaban, lloraban o reían. La magia de las palomitas saltando algodonadas en la sartén sobre la lumbre. El caramelo tiñendo los cazos dando vueltas al calor del azúcar. Aquellos mininos que miraban quietos el bulle-bulle de pollitos salidos de huevos recientes. El  chocolate acompañando el pan o las tortas de manteca calentadas al orete del fuego. Aquella primera novela  que pesaba más que yo, encontrada en lo alto de un armario oliendo a tiempo y olvido, y la leía cuando mis años eran de gatos con botas y cenicientas.
Sueño aún con la muñeca que conservo entre el polvo de un rincón, que andaba cogida de la mano y llevaba puestas mis enaguas de los vestidos algodonados. Y me quedo con todo y la nada de todo aquello. Porque ya sólo hay ausencia en los recuerdos teñidos de nostalgia. Dulce nostalgia.  Pero no puedo evitarlo; quisiera ser niña de nuevo y jugar hasta romperme la piel de las rodillas. Cargar el peso de mi nostalgia, para sopesar a la niña feliz que se retrataba en blanco y negro y veía colorines. Anudarme el uniformado lazo blanco a la cintura, y comprarme “paleduz” a las cinco de la tarde entre plumier oliendo a mina y borrador de nata. Peinarme las trenzas anudadas en lazos de nylon rosa, y desenroscarme el flequillo rebelde como los años tiernos. Volver a ser la niña que le escribía a la Luna de sus sueños, porque la realidad me pide ir hacia atrás y jugar de nuevo para encontrarme en ellos.
No sé por qué hoy me asalta como ladrón agazapado la nostalgia. Quizá porque hoy cumplo un año más. Un año que se suma al tiempo de un tiempo que durará tanto como para hacerse realidad la nostalgia, y llevarme de su mano al mágico mundo de los sueños. Sueños que siempre viven conmigo y me ayudan a seguir jugando.
Y, como no hay nostalgia sin alegría pasada por el tamiz, creo  que me he ganado una tarta de chocolate y ratones. Mi preferida.
Gata Literata.
 

domingo, 19 de agosto de 2012

Canción novísima de los gatos. FedericoGarcíaLorca.



Crónica del día. 76 años de su muerte y aún vive. Como los buenos, los que saben y los que dijeron tanto que no hay olvido ni muerte que borre sus huellas, y dicho queda, lo dicho, y de lo que él queda por decir. Federico García Lorca. Presente.

Mefistófeles casero
está tumbado al sol.
Es un gato elegante con gesto de león,
bien educado y bueno,
si bien algo burlón.
Es muy músico; entiende
a Debussy, más no
le gusta Beethoven.
Mi gato paseó
de noche en el teclado,
¡Oh, que satisfacción
de su alma! Debussy
fue un gato filarmónico en su vida anterior.
Este genial francés comprendió la belleza
del acorde gatuno sobre el teclado. Son
acordes modernos de agua turbia de sombra
(yo gato lo entiendo).
Irritan al burgués: ¡Admirable misión!
Francia admira a los gatos. Verlaine fue casi un gato
feo y semicatólico, huraño y juguetón,
que maullaba celeste a una luna invisible,
lamido (?) por las moscas y quemado de alcohol.
Francia quiere a los gatos como España al torero.
Como Rusia a la noche, como China al dragón.
El gato es inquietante, no es de este mundo. Tiene .
el enorme prestigio de haber sido ya Dios. .
¿Habéis notado cuando nos mira soñoliento? .
Parece que nos dice: la vida es sucesión.
de ritmos sexuales. Sexo tiene la luz, .
sexo tiene la estrella, sexo tiene la flor. .
Y mira derramando su alma verde en la sombra. .
Nosotros vemos todos detrás al gran cabrón. .
Su espíritu es andrógino de sexos ya marchitos, .
languidez femenina y vibrar de varón, .
un espíritu raro de inocencia y lujuria, .
vejez y juventud casadas con amor. .
Son Felipes segundos dogmáticos y altivos, .
odian por fiel al perro, por servil al ratón, .
admiten las caricias con gesto distinguido.
y nos miran con aire sereno y superior. .
Me parecen maestros de alta melancolía, .
podrían curar tristezas de civilización. .
La energía moderna, el tanque y el biplano.
avivan en las almas el antiguo dolor. .
La vida a cada paso refina las tristezas, .
las almas cristalizan y la verdad voló, .
un grano de amargura se entierra y da su espiga. .
Saben esto los gatos más bien que el sembrador. .
Tienen algo de búhos y de toscas serpientes, .
debieron tener alas cuando su creación. .
Y hablaran de seguro con aquellos engendros.
satánicos que Antonio desde su cueva vio. .
Un gato enfurecido es casi Schopenhauer. .
Cascarrabias horrible con cara de bribón, .
pero siempre los gatos están bien educados.
y se dedican graves a tumbarse en el sol. .
El hombre es despreciable (dicen ellos), la muerte.
llega tarde o temprano ¡Gocemos del calor! .
Este gran gato mío arzobispal y bello.
se duerme con la nana sepulcral del reloj. .
¡Que le importan los senos (?) del negro Eclesiastés, .
ni los sabios consejos del viejo Salomón? .
Duerme tú, gato mío, como un dios perezoso, .
mientras que yo suspiro por algo que voló. .
El bello Pecopian (?) se sonríe en mi espejo, .
de calavera tiene su sonrisa expresión. .
Duerme tú santamente mientras toco el piano. .
este monstruo con dientes de nieve y de carbón. .
Y tú gato de rico, cumbre de la pereza, .
entérate de que hay gatos vagabundos que son.
mártires de los niños que a pedradas los matan.
y mueren como Sócrates.
dándoles su perdón. 

"Canción novísima de los gatos" permaneció inédito hasta 1986.

LA AMISTAD CONVENIENTE.


Crónica del día: Aristóteles menciona tres tipos de amistad: por interés, por placer y por el bien; pero sólo la que surge del bien merece llamarse amistad.
Se dice que el movimiento se demuestra andando. Y la amistad con la preocupación por el amigo.


Para seguir con los filósofos que son los que más filosofía nos han dejado para que, si el tiempo no lo impide, podamos dar con ellos una vuelta por el ayer para establecer el hoy de lógicas y sentires, recurro a Cicerón: «Sólo en el peligro se conoce al verdadero amigo»

Pero verdaderos amigos, de imperecederas huellas en la arena, aunque el tiempo inexorable borre los días, hay pocos. Y algunas amistades resultan peligrosas. Otras, ni siquiera eso: digamos que les pasa como a determinados productos del mercado, que están hechos para no durar; y puede aplicárseles eso de "mantente, mientras cobro.

Se dice por la parte más ignorante del globo, que los gatos somos de conveniencia, nada sociables porque ni tenemos memoria, que, al contrario que el perro, no guardamos fidelidad ni conocemos dueño y que, si se queda la puerta abierta, nos vamos abandonando la mano que nos dio de comer.

Permítaseme escarbar en la tierra y tapar con ella las discrepancias.
Es en la turbación donde la amistad se pone a prueba.

Me asomo con timidez a la calle, mientras la calle huele a estiércol. Dicen que están abonando la huerta, y el aire trae el olor de su alimento. Yo sé que no; no es tiempo de abono, sino de cosecha. Y no es fácil engañar a un gato por el olor; ni por el ruido y mucho menos, por la vista. A nadie se le escape, que vemos por encima de las cabezas, lo que no es visible al ojo humano; aunque claro, hay quién piensa que esto es cosa de brujería, porque también arrastramos estigmas creados por una sociedad ignorante que no ha sido barrida aún por los huracanes ni las guerras; ni siquiera exterminada por la raza humana que se dice, tan superior e inteligente.
Los gatos no somos tontos, y menos, desagradecidos. Eso lo dejamos a algunos humanos que tantas veces no saben ver más allá de sus narices maquilladas bajo cabezas poco amuebladas. Los gatos sabemos conocer y reconocer a quién nos alimenta, devolviendo una acaricia envuelta en el dulzor de un ronroneo, y mirar con ojos de afecto mientras arrullamos el desaliento de nuestros humanos. Nadie puede negar la felina compañía que brindamos.


Es la especie humana,- aunque no se me ocurre generalizar- quién siente envidia del aire que otro respira. Humanos de conveniencia que pagan a la amistad con falsa moneda; y ni siquiera se preguntan como nos irá a los gatos cuando un ladrón nos quita las sardinas de la gatera…¡¡Que será, si alguna vez se les necesita para cazar ratones¡¡

Sigo mirando por la ventana. Una joven ardilla hoy, ha alegrado mis ojos recién despiertos. Rápida y pizpireta sobre la mañana aún fresca, cruza como una exhalación la barandilla con huellas de ratero marcadas como tatuaje dolorido; y me recuerda lo rastrero del ser in-humano. Ella, al contrario que los gatos, si es rara; libre, pero sin dueño que le acaricie la piel sedosa. Huidiza y desconfiada en sus modales a dentelladas. Pero no la envidio; mi cama está vestida de hogar y mi piel arrugada de abrazos; y maúllo, mirando a los ojos a los humanos que me habitan, que soy feliz porque nada le debo a nadie, sino el sentir amor por los que me aman, y sé que están ahí, con dedos contados en las zarpas; pero están ahí...De los otros, siempre podré decirles ese proverbio árabe que dice: " Quién no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación", por tanto, sobran los maúllidos.

Ha llegado el momento de la siesta;  me enrosco sobre mí para dormir abrazándome a los sueños; porque es en los sueños donde todo ocurre como se espera soñar.

viernes, 10 de agosto de 2012

DE LADRONES Y OTRAS TROPELÍAS.


Crónica del día. Mirar a través de la ventana abierta, ya no es posible. Los robos bajo los tejados, están siendo moneda corriente a manos de menores para ser castigados por su mayoría para delinquir.

No creo que a los gatos de esta Ciudad, nos haya mirado un tuerto; porque de un ojo sólo, aún no he visto a ninguno merodeando bajo los tejados. Pero sí,- y es un aviso a navegantes principiantes  y a otros marineros de sal incrustada en vena-  abran los dos ojos, aunque sean miopes y, como poco, tengan la retaguardia (de ojo sólo) preparada, por si las moscas.

Que estamos rodeados de ladrones no es nada nuevo  bajo el sol. Unos, de guante blanco, otros, elegidos por sufragio, y, demasiados, nativos o visitantes no contribuyentes  que viven en la tierra de  esto es Jauja,  el País de Nunca Jamás te descuides, y en el de las Maravillas robadas a ojos vistas; de día, a plena luz, en tu propia casa, estés dentro, fuera o, simplemente, mientras se dan vueltas con el carro de la compra por las ofertas del super, mirando de ahorrar un € para que otros, sin más oficio que adueñarse del esfuerzo ajeno, te quiten lo que ni siquiera te puedes permitir que te roben.
Pero Robin Hood, acaba de resucitar en la piel de un tal Gordillo,  político de esa izquierda desunida que jamás será unida, que roba a los supermercados, para dárselo a los pobres…Uno más, dando ideas; como si no hubiera bastante con los ladrones de verdad…Aunque reconozco, que después de escuchar su “exposición de motivos”, algo tendrían que preguntarse los que no responden; porque como decía Benedetti, "Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas".
En esta España cada vez más cañí, ladrones, atracadores y gente de mal vivir, campan a sus anchas como Perico por su casa. Pero hoy, de nuevo, aunque los ríos de sangre escriben las páginas de los diarios, ante la muerte de una mujer policía a tiro de atracador, y la noticia más popular parte de esa Andalucía de mis amores, me asalta, como parpadeo iridiscente ante los  ojos cansados de ver injusticias, la incomprensible Ley del Menor; la que debió soñar un legislador sin más pretensión que defender la integridad del niño, ante determinadas actuaciones de los mayores, -absolutamente razonable y necesario- pero debió quedársele en el tintero, que hay que distinguir entre menores, y esos menores que actúan peor que algunos adultos; porque mamaron lo peor de sus mayores al no cuidar del niño que llevaban dentro.
Demasiadas veces, quién legisla, desde los despachos aislados del lamento exterior, con alfombras persas bajo sus sillones de mullido cuero; y crucifijo presidiendo su inspiración, demuestra no tener ni idea de lo que se cuece en las calles de pies cansados de correr para alcanzar  al ladrón, o al asesino- que de todo hay en la viña del señor- porque no sufre en su palacio lo que el ciudadano de a pie en su gatera; como puede ser el asalto cuando duerme, lee un cuento a su hijo, o la mujer pone la lavadora, mientras las hijas adolescentes pueden morir pisoteadas o quemadas  después de robarles la vida en una violación. Porque los palacios legisladores, -donde se vive a cuerpo de rey- se rodean de cámaras de seguridad, guardias uniformados de recortada nómina, en las puertas del primer acceso a un interior, al que no puedes acceder ni para reclamar protección y, por supuesto porque muchos hijos de, caminan seguidos de escoltas, aunque sea para ir al baile.
Mucho se ha llorado ya, para intentar cambiar la Ley del Menor en lo que afecta a quienes nunca fueron niños, sino ladrones o asesinos de “corta” edad, con dispensa y absolución. Y,  nada de hacer caso los que mandan al pueblo soberano para que la Ley sea lo suficientemente legal y justa para proteger de ciertos “menores” al  ultrajado y no al ultrajador. Libere del dolor a la víctima y no trate con guante de seda al verdugo que, sin duda, se regodea de la facilidad para delinquir; porque sabe de la sobre- protección de la que se le ha investido; porque es menor -aunque le falten días para la mayoría de edad- para pagar por el daño infringido, pero lo suficientemente mayor para cometer las mayores atrocidades,  en exceso, protegidas.
No se ha visto mayor despropósito legal...O sí...
La Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a veces se ven solos ante el peligro. Cansados de ir tras los que, una vez prestada declaración salen de los juzgados silbando de alegría y risa sin disimulo. Delincuentes de peligro en la “menor” conciencia.
¿Qué harán cuando tengan edad de merecer?
Al delincuente “menor”, se le borra el dolo acumulado hasta los dieciocho años recién cumplidos y, por imperativo de la ¿Ley?, se pone a cero su historial delictivo; porque no es lo mismo delinquir con años menos un día, que habiendo cruzado la barrera al día siguiente. Toda una condena legislativa, sí, pero para las inocentes víctimas.
Una se pregunta, dentro de todas las preguntas que una mente con corazón es capaz de preguntarse  ¿hasta dónde podemos aguantar? Porque la cadena no se rompe. No estamos ante el eslabón perdido; estamos ante una realidad que ya repugna y acongoja; ante la continuidad de la indefensión y permisividad de leyes y gobernantes; ante la angustia ensanchando los raíles del miedo por  la dureza de una vida desgarrada por la vileza, donde nadie soluciona nada. El salario del miedo, a veces no da para implicarse. Otras, la poltrona quita arrestos a quién pudiera hacer que las cosas cambiaran, porque ya está demostrado que vale menos una vida que un barril de petróleo, o llenarse los bolsillos, aunque el pueblo se muera de sed de justicia.
Esto es lo que hay. Y, lo peor, quizá este por llegar. Una gata como yo, nunca fue agorera. La ilusión marcó siempre mis pies calzados, aunque el camino fuera empinado, y la esperanza vistió la carcasa de la piel que habito. Pero la vida, en la cruda realidad dentro de la utópica espera de la llegada de un Mundo Feliz, es otra cosa para la que una nunca termina de acoplarse.
La calle destila horror y dudas. El anciano se muere sin memoria, para no ser testigo de los recuerdos mancillados. La juventud (por suerte no toda) ha mamado demasiada deslealtad. Algunos padres esconden niños para no alegrar la tristeza de muchas madres. Las casas son asaltadas en una propiedad que no nos pertenece. El don que es trabajar, hace arrastrar el cansancio y hasta desear hacerse mayor por si pudiera disfrutarse de la vejez, y…
Nada…no hay nada que justifique el cansancio al que nos ha sometido la injusticia.
Pese a todo; voy a celebrar que los gatos tenemos el don de olvidar. De no guardar en la memoria, sino el sabor y la caricia. De esperar siempre que, tras el cristal, el sol siga calentándonos en las tardes de invierno y, como dijo aquél: sentarnos en la puerta de casa y ver el cadáver de los ratones pasar…


martes, 31 de julio de 2012

CINE DE BARRIO.





Crónica del día: Sin iva, con palomitas de maiz, butacas con almohadones...Y, algún taco "de comer" mexicano. El cine en la Ciudad Gática, no cobra entrada.

Recuerdo el Cine Avenida. El de invierno y el de verano, en sus últimos años de abandono porque los Video-Clubs le habían quitado su  magia. Creíamos que ver el cine en casa sería una ventaja alquilando una película y tumbados en el sofá. Que las palomitas de microondas sabrían igual que los garbanzos torraos y el polo de limón de la entrada. Que ya no era necesario pagar para los besos en la última fila. Y que el gallinero, era algo más que el refugio temprano de los pollos de corral.

Pero el tiempo pone a cada cosa en su sitio y el Cine ha vuelo a recuperar su embrujo.

Pero, siempre hay un pero...

Aunque a malos tiempos; Cine de Barrio en el salón de casa a pantalla llena y pared pintada. Sin iva. Sin acomodador, aunque acomodados. Y, para el beso de la última fila, siempre podemos echar las cortinas...

Siguen las palomitas de maíz.

Continúa el mundo mágico.

La Ciudad Gática te invita al Cine donde siempre hay un gato que se acomodará a tu lado en la butaca.