jueves, 4 de octubre de 2018

MAL, MUY MAL VAMOS (jueces para la vergüenza)



Se sabe ahora, que hace casi tres meses, un micrófono sin cerrar, deja en evidencia la forma de pensar de quién debería ser, sin fisuras, baluarte de la justicia y la equidad, pero lejos de eso, un juez togado afirma "...en una conversación privada que se ha grabado indebidamente"... Llamando "Bicho" "Hija de puta"... Como si la "privacidad" justificara las "lindezas" dedicadas entre las risas de una Fiscal y una Letrada, a una mujer en un juicio sobre violencia de género... Ella, mujer famosa, joven, guapa y quizá porque se peina de rubia, pensarán que también tonta. Él, multimillonario y de "buen ver", según opinión y mismas "lindezas" de aquellos que tienen el deber moral y legal de defendernos contra cualquier causa de agresión debiendo primar, por encima de todo, algo tan constitucional como la presunción de inocencia y, por consiguiente, respeto, consideración, y risitas y burlas cero... 

Mal vamos, muy mal y hay tantas maluras como despropósitos cometidos por aquellas personas que siempre hemos creído que nunca, jamás, serían más parte (en una mala opinión) que juez...

Mal, muy mal nos va la insensibilidad de quienes deberían ser (como siempre imaginamos) garantes de la defensa, la ley justa, la justicia sin manipulación... Y encima, también para más inri, mujer contra mujer... 
Claro, que luego también está la otra cara de la moneda: Jueces justos perseguidos por la injusticia, a la que no conviene la verdad que siguen y mentiras que persiguen... Total:

Hartazgo infinito por todo lo que se ve, se oye y se rumorea. De ver tanto deshumanizado; bien sea ante persona, animal o cosa. 

De nuevo traigo a colación, por muy gata que una sea, aquellas palabras de Lord Byron... "Cuando más conozco a la gente, más quiero a mi perro". Pues eso. Los gatos y gatas de esta casa, estamos hasta los bigotes de tanta gente, gentuza o similar, campando por sus "sinrespetos".

Firmado: Gata Literata.



La imagen procede de La Mostra d’Art i Creativitat de Vila-real. La obra construye toda una crítica a la justicia patriarcal sobre la figura de un juez, sin pies ni cabeza, “y mantiene la visión extraordinariamente personal, el universo seductor y el guiño a temas femeninos inherentes a las creaciones de la artista”.