Crónica del día: Cualquier día es bueno para cambiar de aires.
El gaterio se va por los tejados
a tomarse unos gáticos días de descanso del mundanal ruido pueblerino. Mayo es un buen mes para cogerse un puente,
-aunque ahora no toque puente- pero es lo que tiene encomendarse a Santa Rita
la Llorona, Patrona de los Imposibles (funcionarios) que, ni caso que hace
cuando se le invoca; por eso de llevar la contraria a los terrícolas cuando
deciden ponerse el mundo por montera, en vez de un sombrero de tres picos, por
lo menos.
Maullando por lo paupérrimo que
se va quedando el bolsillo, tras varios años de congelación salarial y pérdida
de más de un 8% de poder adquisitivo por eso del déficit público que, más que
público, parece privado, - y no quiero señalar con la zarpa- pero está claro
que no es público y notorio que sepamos cuanta pérdida han tenido los
politiquillos que, des-gobernando el País de Nunca Jamás, no sienten ni padecen
la languidez del monedero, ni el carro de la compra se les queda a la mitad con
el doble de gasto. Tampoco nos consta a
los ciudadanos que ellos sufran al cargar las mochilas para irse unos días de
albergue o camping de fritanga
comunitaria. Que va, esos somos los gatos, -y que no nos falten albergues ni
campings gas- que sabemos y podemos disfrutar como enanos cuando nos cogemos
unos días de despendole en la arena de una playa igual de comunitaria, -que
para eso somos Comunitarios- o un pueblo con encanto de los de esta piel de
toro cañí; porque eso de los paraísos –los fiscales y los del refrigerio en coco servido por cachas de
vértigo, y el servicio de señorita de compañía incluida en el precio- no es
para los sencillos y mortales gatos con botas.
Pero el caso es que los gatos de
esta Ciudad, nos vamos unos días a tomar el fresco, si no nos acaloramos
demasiado; porque el 22 de mayo tenemos fiesta y, que nos dure; porque las
vemos venir canutas. Pero como ser pesimista no viene a cuento felino, mientras
se puede, se puede, y cuando no se pueda, ajo y agua, como decimos cuando no
hay más remedio que ajo-derse y agua-ntarse…
De lo que se maúlle, olisquee y
la vista nos alcance, dejaremos cumplida información en esta bitácora del gato,
porque si el tiempo no lo impide y la suerte nos acompaña, el Valle del Jerte
después de otros gáticos lugares- nos dará para la crónica del día después.
Me llevo la lengua dispuesta, para lo que se tercie lamer.
Me llevo la lengua dispuesta, para lo que se tercie lamer.
Gata Literata.