jueves, 30 de octubre de 2014

Esta España nuestra.





Crónica del día: Lamentamos profundamente los gatos contadores de historias cotidianas con una pizca de humor, algo de sensibilidad y también mucho de hartazgo por tener que escuchar continuamente las noticias que cada día inundan de inmundicia política el cómodo salón de los maullidos. 

Que España da pena lo sabe cualquier alegría ausente que se precie. Nada más y nada menos (aparte de los cientos que van en el saco) que 51 nuevos corruptos de medio pelo detenidos hace dos días por enriquecimiento ilegal en esta piel de toro de nuestros humanos.  Los gatos estamos que trinamos (con permiso de los pájaros), por presenciar, cómodos, eso sí, en esta casa soleada y con ardilla en las baldosas, a todos esos ladrones de guante blanco que se afanan en afanar lo más que puedan y  roban hasta el escudo de la bandera  a esta España Nuestra Camisa Blanca de la Desesperanza... Y ya estamos hartos, la verdad sea maullada, de tanto cargo con cargo al poder y al descaro con que estos salva patrias  se llenan la boca de falsas dignidades y no les duelen prendas en mostrar su lado más patético e ignominioso orgullo, intentando un alarde de fingida moralidad para defenderse del "ataque" a su honorabilidad. Ahora, todos los que les pusieron en los más altos cargos de responsabilidad al frente de ministerios, comunidades, ayuntamientos y cabildos, se retuercen las conciencias y nos piden perdón por el saqueo y la desvergüenza, pero eso no devuelve lo que se llevaron, ni nos quita la rabia por la deslealtad.

Vemos por todos lados a un tío joven con coleta (un tal Pablo Iglesias) que parece tenerlo claro, y puede que llegue a darle a este país la vuelta de calcetín que necesita, en esas cada vez más cercanas elecciones generales. Y si él no lo remedia (nos agarraríamos muchos españoles a un clavo ardiendo), esto no hay quién lo remiende. A no ser que sí exista Dios  y se pase por España y nos haga un favor.


Gata Literata