Todos somos un poco gatos; cariñosos, consentidores, irascibles, graciosos... y, casi siempre, con las uñas afiladas. Observadores de todo lo que sucede bajo los tejados. La lengua es el nexo que nos une, y no importa que sea áspera, si consigue lamer con suavidad.
(Daos prisa en ver y escuchar el video, no vaya a ser que la podadora pase por lo sembrado…)
Pre-siento que se me están cayendo los palos del sombrajo y abriéndose ante mí, de nuevo, la disyuntiva esa de “ponerse bien o estarse quieta”.
Es lo que tiene querer informarse, y parafraseando al Gran Wyoming, una vez más me doy de bruces con eso de “ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad”.
Tiene tela la duda existencial en que nos envuelven los que tienen entre sus dedos los hilos de las marionetas, la sartén por el mango o, lo que dicen los que lo dicen (que yo ya no sé qué entre líneas es más conveniente desentrañar de las lecturas), el poder de hacer con nosotros lo que convenga, aunque lo que nos hagan no sepamos si es lo más conveniente.
Llevo dos dosis de la vacuna entre cuero y permiso. Supongo que para no contravenir las leyes de “si no atente a las consecuencias”, tendré que asumir el tercer pinchazo o los que ¿convengan? Todo ello en pos de mi salud y la de los que me rodean. Qué decir tiene que desde que vi la luz primera en este valle de no saber bien a qué atenerme, como simple mortal compuesta de realidad e incertidumbre, no sé si a partes iguales, intento ser una habitante planetaria de lo más respetuosa y civilizada que me es posible, pero claro, eso también tiene su ¡Ay!.. Creo…
No gustándome del todo el noticiario diario y “conveniente”, de vez en cuando me da por “youtubear” y, si los de youtube no censuran los videos, noticias o los “convenientes”, (que también), una se encuentra con que hay minutos de oro que hay que darse prisa en rescatar a tiempo por si los de la podadora se dan una vuelta por lo sembrado.
¡Uff¡, ya no sé si encomendarme a Dios o al matrimonio… Que tenemos que vacunarnos (vamos por la tercera y las que vengan), debe ser la premisa si queremos coger aunque sea el autobús que nos lleve a ninguna parte libre de virus… Pero resulta que este matrimonio tan benefactor, y en un ataque de “sincericidio” del Sr. Sahim, le espeta al periodista que le pregunta que ¡¡¡ELLOS NO ESTÁN VACUNADOS NI SE VA A VACUNAR PORQUE NO ESTÁN AUTORIZADOS A PARTICIPAR EN LOS ENSAYOS!!! Y la traca final: porque también el no vacunarse es por la noble gesta de hacer el bien a quienes SÍ NOS TENEMOS QUE VACUNAR POR IMPERATIVO YA DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS, LA OMS Y EL SURSUM CORDA… Porque claro, en esos 1.300 millones de vacunas en 2021 que van a llevar a cabo, ¿¡como se van a gastar al menos dos en ellos mismos?.. Y perder ni un solo minuto de las 24 h. diarias en llevarlo a cabo! Aunque también dice Sahim que…”consideran hacerlo posible”… ¡Oh, claro, que bondad tan sin precedentes! Si llegan las vacunas a todos y salimos con vida y lo podemos contar, ellos “considerarán lo de vacunarse hacerlo posible”…
En fin, sacad quienes leáis, escuchéis y veáis vuestras conclusiones, que yo estoy viviendo un lío “vacunal” sin precedentes…
Y luego está Miguel Bosé, con su voz rota y los ojitos pintados… Por Dior y por Bastet…
Que sea lo que tenga que ser, que una ya se está haciendo mayor y se le confunden las neuronas…
Dices
que me lees, pero que no me entiendes del todo. Que no sabes si las comillas encierran
buenas intenciones o los paréntesis abren y cierran otro paréntesis en lo que
tantas veces nos quisimos decir y hemos callado. Me recuerdas ahora cuando se
abrió entre nosotros una nueva admiración mientras paseabas tus ojos por mi silueta
llena de signos —unos elocuentes y
algunos cifrados— que hicieron que se
nos quedaron las palabras en puntos suspensivos. Pero no te pongas nervioso, o
nerviosa, si te cuesta a veces entenderme, ya que tus ojos serán los que me coman
a verbos y tus dedos se deslicen por las partes del todo que me re-compone, antes de que apures conmigo lo que ayer cociné de alegorías
en su punto, mientras el guión de nuestras vidas se escribe o se describe. Aguántame
siempre, yo soy como una metáfora en la lengua, envuelta en un
cuento que te cuento cuando menos te das cuenta.
Es
lo que tiene mi vida, que no siempre es literal ni literaria (como tú
quisieras) sino también libertaria, antónima y cretina…—aunque solo a veces— porque otras soy quién ha
engrandecido tus sueños y disipado de ti alguna pesadilla. Por tanto soy la realidad más pura
que imaginar pudieras… Porque para eso finjo lo que quiero y d-escribo lo que espero
que tu creas y precises; pues por algo Soy la Palabra…
Y es muy probable que una palabra mía servirá para sanarte... Si no al tiempo... Quién avisa no discute.