Todo tiene un día, hasta la muerte que hoy se lleva a dos grandes de las letras que, de la mano de una parca enjuta y malcarada, caminan allá donde se pierde la vida. Y hoy, que también es el día del beso (qué cosas), con ella se van los labios rotos de palabras a besarse entre las páginas negras de la Literatura que no muere.
Eduardo Galeano y Günter Grass. “Las venas abiertas de América Latina” se abren para tocar “El tambor de hojalata”…
La verdad es que llevamos un tiempo en el que nos dejan grandes entre los grandes de la letras, menos mal que son inmortales gracias a ellas y que podemos leerlos y releerlos.
ResponderEliminarBesos
Gracias Alfaro. Perder a un grande no es una pérdida si su legado es la palabra imperecedera. No podrán seguir creando, pero lo que han dejado les hará vivir, eternamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aunque tarde, mi visita llega. No la estoy pasando muy bien con mi visión, y me cuesta estar frente al brillo del monitor. Merecido homenaje le has dado a dos grandes, gracias Carmén por recordarlos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pedirte disculpas Roberto por no contestar antes a tu amabilidad.
ResponderEliminarUn abrazo.