Lo escribí en noviembre… “Siento asco. Un hilo amargo me atraviesa la garganta... El solo hecho de escuchar la palabra “manada” y ver las patéticas fotos de barrigas tatuadas y calzoncillos que dejan clara la marca indeleble de la vergüenza con la que marcan a sus víctimas, me incrementa el asco, mucho asco, sin remedio…” Sigo con el asco. Ahora es peor. Se ha agriado el vómito en mi garganta. En ese momento esperaba Justicia. Hoy me asusta un Juez. Me aterra que estemos en manos de "la defensa" de hombres que interpretan el dolor, la vejación, la violación en clave de" jolgorio y regocijo". Ha "visto" excitación en la víctima, "delicadeza" en los violadores... Si ese Juez sigue aplicando "justicia" ante casos como este, las mujeres estamos heridas de muerte, aunque ningún "delicado" maldito nos quite le vida.
Me pregunto si la mujer “excitada” a ojos del Juez Ricardo González, hubiera sido su hija ¿hubiera visto que el “relajamiento” para que al final de las once penetraciones no acabaran con su vida, sería de “consentimiento y de innegable expresión relajada, sin asomo de rigidez o tensión»…?
Si a ese Juez, cuando repose su cabeza en la almohada le “asalta” un mínimo de respeto por su toga, debería abandonar la judicatura, voluntariamente. Que deje de “aplicar justicia”. Las mujeres violadas, vejadas, muertas… por cientos en este país, no se merecen tamaña “justicia”. No nos la merecemos todas las mujeres que nos sentimos agredidas por su visión particular convertida en voto maldito. Ni el desprecio mayúsculo que nos ha escupido a la cara.
Mujer y Gata Literata.
Querida Mari Carmen,
ResponderEliminarComo siempre tus palabras son certeras ante la injusticia y lo repugnante.
Me gusta tu Indignación frente a la manada de ratas de dos patas (Paquita la del Barrio dixit) que forman los violadores/maltratadores y los jueces asquerosos que "imparten justicia".
Un ENOOORME ABRAZO,
Lola.